Si sois de perseverancia es porque tenéis mucha claridad de vuestro ser. Cuando claridad en el ser hay, es porque se ha trascendido los miedos, es porque se ha entendido que el camino que se está transitando en el mundo de la tierra no depende de la mirada de nadie; no está sujeto a los juicios ni a los señalamientos de nadie, sino que se tiene certeza de lo que se está haciendo, para qué se está haciendo, qué se quiere lograr para el bien propio y para el abrigo y la bondad con los seres que acompañan en el mundo de la tierra.
Ser de perseverancia es no dejarse intimidar, es identificar las incapacidades, tener la humildad de decirse: esto no se hacerlo, voy a aprender a hacerlo de esta manera; y, no decir, hasta aquí llego, no se más; es, decirse: hoy me he dado cuenta que me falta aprender esto…, lo voy a aprender, voy a transitar este sendero o este otro, o este otro, hasta que tenga claridad de qué hacer, cómo hacer y cómo voy a lograr el propósito que deseo.
Ser de perseverancia es no renegar, no vociferar, no reclamar, no descargar en nadie; es sentir con alegría que cada paso es un aprendizaje para caminar lo necesario y lograr lo que se quiere.
Sé de perseverancia cada día de tus días
Para ser de perseverancia es necesario hacer un alto en el camino y, evaluar: qué he repetido siempre, qué no he logrado; para allí entonces, entender que aquello que tanto se ha repetido se le debe dar un giro y transformarlo, allí entonces, empieza a mirar cómo va a actuar de manera diferente a como siempre ha actuado; cómo va a pensar y cómo va a hablar de manera diferente a como siempre lo ha hecho, para que, empiece a buscar soluciones, y si no hubo resultado, entonces, sigue creando, sigue creando, sigue creando; y en cada creación que haga, si ve que no fue el logro que deseaba obtener, sintiendo alegría observa: qué aprendí aquí, de qué me sirvió, qué otro camino me mostró; y va creciendo su sabiduría y sus conocimientos, hasta que llega un momento en que trasciende lo que no pudo entender, para lograr lo que desea, desde la claridad, desde la satisfacción absoluta en la obra hecha.
Es importante alimentarse de la Luz cuando el día inicia, orando, meditando, para que las neuronas se activen en Luz y haya mayor discernimiento, verdad y entendimiento en lo que se piensa para el hacer; así será que se haga igual en la noche, alimentarse de la Luz Divina, para que mientras el descanso es, entonces, las neuronas, las células, los códigos genéticos activen la Luz de la creación, de la solución, y en el día venidero haya destellos de iluminación para dar transformación que guíe por senderos de creación que lleve a alcanzar los logros deseados.
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